Valores de una empresa

Los valores empresariales son un conjunto de principios éticos y profesionales que las empresas se comprometen a respetar durante el transcurso de toda su actividad.

Se distingue por su vocación de perdurabilidad (no deberían haber modificaciones a corto o medio plazo), y su carácter genérico (influyen a multitud de cuestiones distintas). Y también por su publicación (la empresa debe provocarlo entre sus empleados y demostrarlo ante sus clientes) y su vigencia (no se aceptan excepciones en su cumplimiento).

La definición de los valores en una empresa está adecuada a factores como el tipo de actividad, la antigüedad de la compañía o el modelo directivo. Es recomendable que estos principios estén presentes en un documento de acceso público, por ejemplo, en una pequeña sección en la página web como “nuestra filosofía” o “nuestros valores” y que se vea reflejada la cultura organizacional. Todos los miembros de la empresa deben tener presente estos valores e implementarlos en su trabajo.

¿Por qué es de suma importancia definir bien los valores de una empresa?

Los valores de una empresa lo determinan todo, partiendo desde el modelo comercial hasta el trato con clientes y proveedores. En buena medida, la actitud de todos los profesionales que conforman la compañía se basará por esos principios empresariales, de ahí que sea fundamental definirlos correctamente.

¿Qué tal es la empresa? ¿Cómo deseamos que nuestra marca sea vista por el público objetivo? Generalmente, estos principios y valores de una empresa acaban moldeando una decisión de compra, o todo lo contrario.

Seleccionar los valores empresariales erróneos o elaborar una lista larga de virtudes sin aplicarlas en el día a día de la compañía no generara ningún efecto positivo. Es más, si el mercado descubre que una compañía no está siendo coherente con sus supuestos valores, su negocio puede quebrar rápidamente.

¿Cómo se definen los valores de una empresa?

Está claro que es de suma importancia precisar correctamente los valores de una empresa pero, ¿cómo se seleccionar los principios que mejor simbolizan y guían a nuestro proyecto? Como norma general estos preceden a la ejecución de la empresa y condensan las ambiciones de los empresarios. Si la compañía ya se encuentra en funcionamiento, existen otros métodos para definir sus valores.

Un recurso habitual para reestablecer los valores empresariales es enriquecer la participación de todos los estamentos existentes en la compañía. De forma individual o por equipos, la plantilla y la dirección representan los principios que consideran más relevantes y los más comunes se convierten en los valores de la empresa.

Ejemplos de los valores de una empresa

  • Transparencia: Es uno de los valores que más solicitan las empresas y que se observa tanto hacia fuera como hacia dentro. La transparencia tiene que ver con ser claros al momento de detallar los servicios y no ocultar información que puede ser importante para la plantilla o los clientes, con respecto al caso. Las compañías que tienden a ser transparentes con las que inspiran más confianza en el mercado ya que los clientes saben que no se van a llevar sorpresas al momento de prestar un servicio.
  • Coherencia como valor empresarial: La hipocresía es una característica muy poco deseable en cualquier persona, sobre todo si se trata de toda una empresa. La coherencia implica ser actuar con responsabilidad tanto hacia los demás incluso, hacia uno mismo. No se puede incurrir en contradicciones y todo lo que se realiza en una compañía debe encajar en su filosofía corporativa. Cuando se adquiere un compromiso, interno o externo, este debe cumplirse.
  • Honestidad: La empresa debe estar dispuesta a destacar la sinceridad ante cualquier otra consideración, aunque esto le perjudique a nivel comercial. En realidad, optar por la honestidad genera mucho más beneficios a largo plazo más que cerrar acuerdos a corto plazo sin ser sinceros a plenitud con los clientes.
  • Libertad: es uno de los valores de más apreciado por los empleados, pero es importante entender correctamente a qué hace referencia. La libertad no es sinónimo de anarquía o de ausencia de normas internas, de ser así, acabará provocando multitud de disfuncionalidades en la entidad. Desde otra perspectiva,  la libertad como valor corporativo se considera como la posibilidad de poder formular una idea o de proponer sin temor a ser amonestados por ello. Esto también se relaciona con una mejora en la conciliación familiar, con la implementación de horarios flexibles, etcétera. Sin embargo, son tan positivos que hasta acceden a reducir el absentismo laboral.
  • Adaptabilidad: Usualmente, el respeto a determinados valores empresariales son confundidos con la intransigencia y la imposibilidad para adaptarse a los nuevos escenarios. Las compañías no se pueden mantener de ignorando a los cambios que se llevan a cabo a su alrededor y por esta razón uno de los valores más importantes de nuestro tiempo es la adaptabilidad. Este principio está profundamente relacionado con el aprendizaje y, específicamente, con el concepto de formación continua.